El pibe esta sentado y no sabe que decir. Piensa, piensa que ella es tan linda y él no tiene nada que ofrecerle, solo palabras, y ni eso: su capital ya ni son las palabras, tal vez algun en tiempo atras si, tal vez otro amor se llevo sus palabras, y hoy es solo eso: un pibe que no sabe que decir, que pensar, como actuar ante ella, la boina gris(si, como en el poema de Neruda) que descansa sobre la tibieza de su pelo rubio, los ojos verdes y las manos pequeñas. Ella es tan sutil, tan geométrica, piensa: no hay nada en ella que podría ser de otra, no hay nada que pueda romper la armonía de su cuerpo: su voz tierna se condice con el amor de su boca, la tristeza de sus ojos llevan en si la fragilidad de su cuerpo, y en la gracia de su andar se adivina la exquisitez de su alma. No entiende como ella lo eligió, porque ella lo eligió, él jamas podría haberla elegido:él hubiera renunciado a la posibilidad de hablarle apenas la vio aquella tarde en la casa de un amigo, en una reunión en la que desde un comienzo se sentía ajeno y por eso fue que se alejo un poco de todos sin saber que hacia ahí, si no hubiera sido mejor quedarse en su casa, leyendo, o viendo alguna película olvidable y estúpida. Y él que se tiró en un sillón y ella que se le acerco y le preguntó si fumaba y él que dijo que no y ella "yo tampoco" y los dos rieron. Y tal vez él estaba con más confianza, animado por la impunidad que sentía al saberla una extraña y que ella no esperaba nada de él. Eso seguramente. Y hablaron. Y se descubrieron cosas en común.
Pero ahora están ahí.
Primera cita, él piensa que comentan los demás, los de la otra mesa, y sí, primera cita, adivinan, le molesta ser tan obvio. Primera cita. Sí primera cita y ella que mira la carta y se muerde los labios de una manera levemente inclinada, y sus ojos se abren y ella que levanta la mirada y ve que él no sabe que decir, que se agarra las manos y casi que suplica, casi que le da vergüenza su silencio. Ella menos por curiosidad que por piedad, pregunta:
- Te pasa algo-
-No- Dice y miente. Y vuelve a mentir- La estoy pasando bien con vos- agrega. Y esa frase no tiene sentido, porque no son cosas que se dicen en el medio de una primera cita, se dice al final con suerte, y con honestidad o hipocresia segun sea la ocasion. Ella que ríe y baja su mirada a la carta y no dice "yo tambien", y él sabe que no sabe y que tendria que haberse quedado callado, si con un No bastaba, si ella no le pidio mas precisiones. Y que ella no era capaz siquiera de mentirle y decirle que ella también, que tanto entonces él no le importa,piensa, y que le puede importar un pibe como él, que no habla, que no tiene nada que ofrecerle y sin palabras. Solo es él y su estupidez disfrazada de timidez. Y ella, que es tan distinta, tan geometrica, tan ajena a sus posibilidades. Estamos perdiendo el tiempo piensa y no lo dice. Porque ella si le importa, él puede mentirle, porque no quiere que ella lo vea, le molesta la sola idea de que lo descubra tal como es: asi, sin nada que ofrecer, huérfano de valor, se dice y se siente tan pretencioso. Ni eso puede ser: sincero con su miseria, y ella que no sabe y mejor levantarse, mejor que ella no lo descubra. Entonces piensa en huir, la más cobarde de las ideas. Sí, irse, dejarla, no darle la chance de que ella se decepcione al conocerlo. Ella en el futuro podrá decir que él es un idiota, pero jamas tendra la certeza. Y lo comentara con sus amigas y reiran, las mujeres siempre se estan riendo piensa. Y las amigas pensaran que ella dice que él es un idiota pero sabrán en el fondo que ella lo dice por despecho, por la humillacion de haber sido plantada. Y él se sonríe. Si total no me va a querer. Se levanta. Y ella lo mira, como extrañada, como si ese hecho rompiera el silencio y su concentracion en la carta.
-Ya vuelvo- dice él.
Brillante!
ResponderEliminarHermosa redacción, como siempre muy entretenido leerte. Me gusta ese humor inmiscuido en medio del drama para asomar la verdad.
ResponderEliminarUn abrazo querido.