jueves, 27 de enero de 2011

Dolores (III)

La mañana posterior a mi encuentro con Vane me encontró tirado en la cama mirando el techo, y con sus palabras flotando en mi cabeza. Tal vez Vane tenia razón. Él teléfono me invitaba a llamar a Dolores. De un salto me incorpore y busque su número en mi agenda. Cuando lo encontré no pude sino sonreír con el corazoncito que la propia Dolores había dibujado al lado de su nombre. Y así fue como empecé a recordar como fue la primera vez que hablamos.

A Dolores la conocí cuando todavía ella tenía un novio y una carrera. Fue en una de esas fiestas que hacen los amigos que están en pareja o casados y juntan amigos en común, amigos propios y amigos de los amigos, reuniones que son lo más parecido a una orgia entre ciegos, en los que uno va tanteando las palabras ya que nunca se sabe cuando podes herir a un desconocido y en las que si se tiene mala suerte, lo mejor es quedarse callado.

Yo iba de parte de Esteban, un buen tipo, joven, con dos hijos, que parece feliz, pero a veces, cuando habla con tanto entusiasmo de su vida me da la sensación de que cumple con una rutina diaria de autoconvencimiento frente al espejo de que lo mejor es una familia, un trabajo para siempre, una mujer que amar y que las tristezas de la vida se curan con un delivery de pizza los domingos a la noche.

Dolores fue invitada por una L., una amiga que teníamos en común con Esteban. Cuando la vi llegar supe que Dolores estaba de novia: se movía con esa impunidad que te da el amor, esa seguridad consecuente al saber que no hay terceros para impresionar. Y encima era hermosa: morocha y con sus ojos verdes parecía que podía partir el tiempo y las cosas en dos: Antes de su Mirada (A.M) y Después de su Mirada (D.M). Su cuerpo pequeño y frágil se movía con la gracia y el erotismo de una bailarina, y hacia que yo, que ni siquiera había cruzado palabra con ella, sintiera que estaba muy lejos de mi alcance.

Cuando L me la presentó, no me dijo su nombre pero si recuerdo que trate de decir algo gracioso, no se exactamente que dije, pero si que se produjo uno de esos silencios en los que uno se siente un idiota y se pregunta por qué carajo ser boludo tiene tan poca onda. Creo que L sintió vergüenza ajena y como excusa dijo que necesitaba hacer una llamada y nos dejo solos.

El silencio nos envolvió como una niebla que no deja ver: era el silencio y nada más, ni siquiera la música de fondo nos llegaba a nosotros. Fue un momento incomodo del cual quise escapar de la manera más patética que un ser humano pueda imaginarse: mire el cielo.

-Parece que no va a llover- dije mientras ponía las manos en los bolsillos.

-Si me vas a hablar del clima o de celulares me voy… Prefiero el silencio a una charla de ascensor- dijo y me hizo reir. Ella también rio y me gusto como se le formaban los hoyuelos en sus mejillas. –Era mi primer comentario…el otro era quejarme de la inseguridad y decir que con los militares esto no pasaba ja- Arriesgue un chiste que podía ser mal interpretado y quedar marcado como un facho toda la vida. Me arrepentí al instante. No la conocía tanto, y ¿si ella pensaba de verdad así? ¿Que sabia de ella? ¿Cuanto la había visto, cuanto la conocía? Nada y encima, ella no se había reído. Se quedo callada unos segundos que fueron como un océano de tiempo en el que los segundos se alargaban como olas. Recordé la teoría de un amigo que dice que las chicas más lindas son de derecha. Siempre me había reído de esa idea, como si la belleza tuviera tendencia ideológica, además de cuestionar su campo de investigación: las chicas del hockey club de Olivos. Pero uno nunca sabe. Tal vez Dolores había sido tanteada por mi amigo y formaba parte de ese círculo. Tal vez mi amigo era un forro prejuicioso. Tal vez las dos cosas eran posibles.

-Coincido plenamente- dijo y yo abrí los ojos como si fuera un nene al que le avisan que papa Noel no existe… En mi cabeza, mi amigo, el de la teoría, reía y brindaba con champagne una nueva corroboración de su hipótesis.

-No se como seguir- le blanquee mi situación.

-Te estoy jodiendo- dijo y yo respire aliviado. Era demasiado linda para ser de izquierda, tal vez eso la hacia mas hermosa. O quizás no tenia ninguna tendencia… ¿era mejor que sea inocua políticamente o que sea de derecha? Hubiera preferido que sea de derecha antes que no sea nada. Además, supongo, me siento más cómodo con gente distinta a mí. Pero no quería hablarle de política, ya mis amigos me habían advertido alguna vez que nunca me voy a levantar a una mina hablándole sobre esos temas. El hecho de que tuvieran que advertírmelo es una prueba fiel de mi nivel de “aparatismo” o bien, señal de la poca confianza que me tienen mis amigos.

Volví a intentar balbucear una frase, armar una línea coherente de dialogo, hacerla reir, pero el silencio incomodo volvió a formar parte del cuadro. Ella miraba su vaso y yo miraba el cielo deseando ver un ovni, una estrella fugaz, cualquier cosa interesante para poder hablarlo con ella. Si algo de eso pasara, pensé, ella en el futuro, cuando se lo contara a sus nietos, se acordaría con quien estaba cuando vio semejante suceso: me conformaba con ser un recuerdo, accesorio, pero recuerdo al fin.

-Sos bueno para conversar- me provoco ella. Entendí que, por una extraña razón, tenia ganas de hablar conmigo y que ese comentario era mas bien una especie de reclamo, un ultimo llamado de atención antes de dejarme solo y mordiendo el polvo de mi soledad.

-Ja, no seas mala- rogué mientras miraba en el piso una hilera de hormiguitas laboriosas que llevaban sobre sus pequeños lomos pesados pedacitos de hojas. Esas hormiguitas se compadecerían de mi si hubieran podido comprender el esfuerzo que yo hacia para darle una forma a aquella conversación. Me sentí tan patético.

-No te pregunte tu nombre- dije

-Dolores

-ah- y volví a la chatura del silencio, pero sin darme cuenta había dado el pie para que Dolores se soltara

-Es curioso lo que pasa con los nombres- dijo. - Mira ese tipo de allá, se llama Roberto y tiene apenas 22 años. Pobre, esta condenado. Una vez alguien, no recuerdo quien, dijo que los padres depositan en un nombre todas las esperanzas que tienen con respecto a sus hijos…Unos padres que le ponen Roberto a su hijo en estos tiempos dan la sensación de que sus esperanzas fueron pocas. Es un error pensar los nombres de los hijos solamente en el presente…Es necesario ver más allá: los nombres tienen ultra actividad, siguen atados a nosotros aun después de muertos. Deberíamos ser más solidarios con nuestros hijos, ja.

En ese momento tomo un poco de su bebida: parecía que necesitaba un poco de aire para seguir con su monologo, que encontraba en mi actitud de avasallado a su mejor oyente.

-El problema-siguió- de los nombres es que tienen que combinar con el portador. Por ejemplo, ¿vos a mi me ves cara de Yesica? ¿Yo tengo actitudes de una Yesica? Y no es que tenga nada contra las Yesica, eh. Solo que no doy con el target para cargar con ese nombre. Creo que lo solución seria que hayan nombres provisorios, hasta una determinada edad, no se ponele hasta los 15. Y ahí, cuando uno ya empieza a hilvanar su personalidad, que elija el nombre que quiera. Por ejemplo vos, si te llamaras Ignacio, me costaría decirte Nacho, porque no tenes cara de Nacho. ¿Entendes lo que quiero decir? no me pongas esa cara, no seas tarado…”

En ese momento sentí culpa por todos los nombres que ella ahora, sin piedad, pero también sin maldad, ofendía y de paso, sin darse cuenta, borraba de la historia de sus futuros descendientes. Me dieron ganas de pedir perdón uno por uno. Y sin embargo, mi silencio era absoluto, la convicción de sus ideas me convencían poco a poco. Ensimismada, mordía las palabras, se aseguraba de que la escuchara, de que realmente me importara lo que tenia para decir.

-Y si existen esos nombres que ya no sirven nunca-siguió- también están los nombres que sirven solo hasta la mitad de la vida, o menos tal vez, como por ejemplo Damián. Es un nombre que tiene una fecha de vencimiento, creo que al cumplir la mayoría de edad, nadie toma en serio a un Damián. Decime si no, cuantos doctores conoces con ese nombre…Peor aun, ¿te dejarías atender por alguien con ese nombre? Es nombre de nene, infantil, me sugiere torpeza incluso. Son nombres que condenan al fracaso-perdón si tenes algún conocido que te caiga bien y se llame así…”

Supongo que en mi cara se noto mi orgullo herido por haber caído en la volteada. O tal vez el saber que ella ya se había alejado definitivamente de mis oportunidades. Lo que sea, trate de cambiarle de tema. Ya sentía que la conocía un poco más, lo cual no era necesariamente bueno: cualquier comentario mío podía ser un paso en falso, por ende solo me quedaba moverme por terreno seguro para ganarme aunque sea su simpatía. Así que le pregunte por su carrera y me conto que estudiaba sociología. Hablamos de su novio, pero por suerte me confió que las cosas ya no eran como antes (admito que una leve mueca de esperanza se despertó en mi alma). Ella me pregunto si yo andaba con alguien y me hice el misterioso y dije “siempre hay algo” ja, frase loser si las hay. Igual decir hablamos suena exagerado: parecía más bien una especie de entrevista estructurada en las que yo apenas metía bocado y ella se expandía. Mi desempeño había sido lamentable: No tenía ningún tipo de posibilidades con Dolores.

-y vos como te llamas?- preguntó mientras bebía lo poco que quedaba en su copa. En ese momento regresó L, y mirando a Dolores le dijo que tenía un llamado y que se dirigiera al living de la casa. Su novio, pensé con bronca.

-Damián

-jaja…Eso explica tu inutilidad para el dialogo- dijo mientras se daba vuelta para ir a atender el teléfono. Y esas fueron las primeras palabras que cruce con Dolores.

Y entonces volví a la mañana de sábado, con mi agenda en una mano y el teléfono en la otra. La angustia era una mala compañera, no me dejaba moverme. Deje el teléfono y prendi la tele. Prometí que si en MTV estaban pasando alguna canción o banda que me gustara, llamaría a Dolores. Mi cobardía tenia a su favor que ese canal hace años que había dejado de interesarse por la música. Puse MTV: la melodía de “All Apologies” versión unplugged de Nirvana me sorprendió. Amaba esa canción, amaba a esa banda. No tuve alternativa.

Marque el número de Dolores. No sabía que me esperaba del otro lado.

lunes, 24 de enero de 2011

Dolores (II): Salir de la Melancolía

Le diría que la primera vez que la mire a los ojos ya estaba perdido y que ella me había ganado la segunda vez que me hablo, aunque para ella eso tuviera poco sabor a triunfo…

Y Que paso?- preguntó Vane luego de oir mi relato
-Nada. El colectivo estaba lleno de gente. No era el momento ni el lugar. Hubiera sido un escandalo- respondi tratando de justificar mi cobardia. Sabia que Vane no era como yo pero senti que tenia que hablar con ella. Y ella lo sabia el dia anterior cuando me llamo y arreglamos vernos en ese bar loser de Ciudad de la Paz, donde soliamos juntarnos a hablar, a tomar algo y-yo por lo menos- a ver pasar la vida sin muchas esperanzas, perdidos en conversaciones que no llevaban a ningun lado y que tal vez por eso eran tan interesantes: porque no conociamos el fin de las cosas. Aquel viernes yo habia llegado un rato antes de lo pactado, un poco por ansiedad, otro poco porque no tenia nada mejor que hacer que esperarla. Cuando Vane llego, llego sonriendo,como acostumbraba andar por la vida: mi amargura nunca hizo mella en su alegria.
-No podes seguir asi...-dijo mientras buscaba freneticamente cigarrillos en su cartera.
-Asi como?- dije, levantando mi patetica cara con los ojos semi abiertos, con el miedo propio de un fusilado o de alguien que ve directamente al sol.
-Asi...con esa cara de infeliz...- dijo con una honestidad brutal. La mire sorprendido. Los dos reimos. Despues de todo, supongo que yo me habia ofrecido en sacrificio a la sinceridad de Vane,a esa forma extraña de quererme que tiene, que no le permite mentirme, ni siquiera cuando mas lo necesito. Maldita Vane y su etica kantiana.
-No podes ser tan maricon... No se que estas esperando- siguio, ya sin miedo a herirme y mientras se esforzaba en hacer funcionar un encendedor que llevaba varios meses de batallas y que ya había perdido la guerra contra la utilidad. Nos quedamos en silencio, a mi me dolía saber que tenia razón. A ella le molestaba ese encendedor que no era servil a sus vicios. – ya vengo- dijo y se levanto a buscar fuego. La vi perderse en la barra.
Me quede pensando en Dolores: ¿que estaría haciendo ella esa misma noche? Me reí con culpa por mis ridículos sentimientos que se mezclaban con esa sensacion de impotencia tan comun a los amantes no correspondidos. La voz de mi conciencia tambien se mofaba de mi:" vos pensando en ella y ella probablemente este con alguien en este mismo momento..." Mi parte racional y pesimista me estaba saboteando. Y no bastando con esas crueles palabras me regalaba imagenes mas dolorosas: en mis pensamientos Dolores bailaba, Dolores era seducida por un extraño que vertia en sus oidos las mas dulces promesas de amor que pueden darse entre dos desconocidos y Dolores, ya vencida, se subia al auto del extraño, para perderse sin destino en las sabanas berretas de algun hotel de mala muerte.
A lo lejos la vi a Vane acercándose, satisfecha por llevar un cigarrillo que ardía en su boca.
-Te parece que para tener facebook es necesario ser lindo?- preguntó mientras se sentaba.
-Eh? no se...A que viene la pregunta?-
. Pasa que cuando estaba en la barra, vi que en la escalera habia un grupo de chicos y chicas sacandose fotos...Pense que esas fotos tenian destino de facebook
. A veces pareciera que la gente ya solo sale para publicarla en facebook- Dije con un poco de amargura.
-Si...Bueno, a lo que voy es que esos chicos, los de las fotos, no eran muy agraciados, ja...Y pense si era necesario ser lindo para tener facebook
-No, no...Tal vez tener una autoestima a prueba de balas sea la condicion. Yo creo que los feos con facebook justifican a los que no sabemos escribir y tenemos blog. Pertenecemos a sindicatos amigos. Los feos y los tontos queremos los mismos derechos que los lindos y los inteligentes.Yo tengo una membresia doble, en mi condicion de feo(aunque sin facebook) y de idiota, ja.
Volvimos a reir. Pero despues de las risas nos quedamos en silencio. Supongo que fue un momento incomodo del que Vane trato de escapar cuando pregunto:
-En que pensas?
-En que soy un idiota
-Bueno, pero a parte de eso...
- Me molesta la idea de no saber que esta haciendo ella en este momento...Es probable que ella ahora, viernes a la noche, ande con cualquiera. Lo peor es que yo no puedo hacer nada por evitarlo-dije bajando la cabeza. Vane se quedo callada. De alguna manera ella tambien pensaba lo mismo que yo. Su silencio fue una estocada mas, confirmacion de todas mis paranoias.
-Yo la conozco, no es una chica tonta, no es de la que se cree cualquiera...Es como esa cancion de los Redondos... Esa que dice "de esa miel no comen las hormigas..."- dijo Vane tratando de apaciguar mi rostro- Si tanto te duele hace algo, no se... Trata de conquistarla
Me dio ternura que dijera "conquistarla".
-Mañana se cumplen 22 años desde la ultima vez que alguien utilizo el verbo conquistar en una oracion
-No seas tarado... En serio te estoy diciendo...Sos bueno para chamuyar?.
-Vane, ya me conoces...
-No conozco esa faceta tuya... Nunca intentaste conquistarme...- y sus ojitos se apartaron de mi mirada.
-Soy pesimo... Siempre me senti extraño en esa situacion, en la de la conquista. Para mi siempre fue como una entrevista de trabajo: por los nervios, por la exageracion de cualidades, por la necesidad de impresionar... y en mi caso ambas situaciones terminan con la misma frase: "no, te preocupes, deja que yo te llamo..."
-Ja...Tenes que hacer algo. Tenes que decirle lo que sentis. Hablando se libera la gente. Es la base del psicoanalisis- y mientras decia eso buscaba sus cigarrillos para encontrarlos y acordarse de que no tenia encendedor. Una cancion sonaba a lo lejos, pero yo, perdido en mis pesadillas, la habia ignorado. Era Black, de Pearl Jam. Y justo volvi en si en la parte en la que Eddie Vedder se desgarra cantando: "I know someday you'll have a beautiful life, I know you'll be a sun in somebody else's sky, but why Why, why can't it be, can't it be mine?" Puta madre. En ese momento quise mas que nunca-mas que en todos los años de mi adolescencia en los que Pearl Jam era la banda sonora de tardes grises y habitaciones oscuras- a Eddie Vedder.
-Y que hago si me rechaza?-
-Nada...Salir de la melancolia- dijo mientras se levantaba para ir a buscar fuego.
Maldita Vane.

viernes, 21 de enero de 2011

Cuaderno de Anotaciones (1)

Volví a soñar con vos y hacia un tiempo que no me pasaba. Si, otra vez uno de esos sueños cursis que se me dan cuando te extraño y que ya ni te cuento porque no se si te causan gracia o te incomodan. Y tampoco se que prefiero. Pero bueno, si lees esto-cosa que dudo- quiero que sepas que fue lindo volverte a ver.

domingo, 16 de enero de 2011

Después de Todo


Después de la ultima vez que hablamos, te volvi a ver una vez mas: venias por Avenida Cabildo y llevabas una pollera blanca-que no le convenia a tus piernas- y un tarado a tu lado-que no era conveniente para tu imagen- Yo te vi desde lejos y al principio, de tan cambiada que estabas, no te reconoci. Estabas en la misma vereda que yo, pero en la otra punta: que nos cruzaramos era solo una cuestion de pasos. No supe si entrar a una de las galerias o seguir mi camino. Tampoco supe si al pasar a tu lado deberia hablarte o si debia refugiarme en la muchedumbre, y admito que me puse nervioso, yo que tan orgulloso andaba por esos dias de lo facil que habia sido olvidarte- esa mentirita con la que me levantaba todos los dias un poco mejor- y que, excepto cuando escuchaba alguna cancion de los Stone Roses-esa maldita costumbre mía de asociar cada amor a una banda y cada amor perdido es un disco que dejo de escuchar, y entonces son tantas las canciones que quedan el olvido, como flotando en el recuerdo, suspendidas en el tiempo y en mi vida, tal vez esperando el momento de volver, esperando el momento de que las heridas sanen...Pero por suerte las canciones vuelven porque el dolor es la excepción a mi discografia,ja- o veia peliculas absurdas con finales cursis, ya no pensaba en vos. Y sin embargo, si en aquel momento me preguntaran el porqué de los nervios, me habria quedado callado, como un mal alumno que no estudio todas las lecciones del olvido, y que sabe que no sabe pero le molesta la culpa de sentir.
Supongo hoy, años despues, que en aquel momento entendi que vos vas a ser la persona de la que hable cuando ya anciano y muerto vivo, mis nietos me pregunten por mi juventud y mis amores. En ese entonces ya seras algo asi como la mina ideal, el fruto del engaño de los años a la memoria, la medalla de unico y hermoso que se cuelga el amor imposible y que condena al amor concreto a un triste papel, manchado por la rutina y los defectos que acumulan rencores. Entonces les contare de la primera vez que te vi y de como me convenciste con tu mirada de que la belleza del mundo se rendia antes tus ojos, y les dire que para mi eras unica pero que preferiste irte de mi lado para ser una mas en la antologia de corazones rotos de otro, una chica en serie o un personaje secundario de otros dramas antes que la principal en mi pelicula, que ya sin vos, siempre fue una de terror. Y diré que te quise, pero que nunca te sentí a mi lado, que siempre me fuiste un poco ajena, un poco mas de otros que mía. Y que, a decir verdad, siempre supe que estabas a mi lado solo cuando sentias que el mundo te vencía, me condenabas a ser una especie de reserva moral para sentire un poco menos mal, papel que yo cumplia con creces, con palabras que enamoraban a tu vanidad y que luego el tiempo las hizo vanas y sin sentido, como anécdotas sin gracia. Pero te juro, te juro que todo eso será sin ningun rencor.
Y ya con la voz cansada y el corazon reclamando una tregua a mis tristezas, les contaré de esa ultima vez te cruce: le dire que andabas con un tarado y si me preguntaran como sabia que era un tarado, responderé que a vos siempre te gustaron un poco asi, ja.
Y cuando me pregunten que fue lo que finalmente hice aquella ultima vez, les confesaré que me escondi en el anonimato de la masa, en esa muchedumbre que nunca tuvo la suerte de conocerte y el castigo de extrañarte, y a la que tambien tu indiferencia condenaba al olvido.
Despues de todo, eso fui siempre para vos: uno mas entre muchos.