domingo, 11 de abril de 2010

Rémora

Hoy casualmente me levanté pensando en vos, o mejor dicho, emergí del sueño en el que eras la protagonista, como si entre sueño y realidad no hubieran fronteras, sino una continuación lineal, gris, como un cambio de año, o de estaciones sin ningún hecho que marque el comienzo de uno y el final del otro. Y pareciera que siempre es así, vivimos tan apurados que no sabemos como empezar, como seguir y como terminar.
En el sueño/vigilia te preguntaba cuando fue que empezamos a despedirnos, o mas bien si no te parecía que lo nuestro no fue sino un eterno adiós, como si desde un principio estuviéramos destinados al olvido, a perecer, a ser parte constante de un pasado tramposo a la memoria y solo hicimos lo que mejor sabemos hacer: tratar de evadir, escaparnos de lo inevitable, jugar a que la vida no nos tocara con su varita de amargura y de soledad, como si fuéramos el horizonte y el destino nuestro implacable perseguidor, hasta que finalmente nos alcanzo y la verdad no fue sino esa maldita delatora, y ya no hubo lugar donde esconderse. El futuro, la vida y el destino apostaban para saber cual de ellos seria el primero en destrozarnos. O tal vez el futuro, la vida y el destino sean lo mismo y exista un monopolio en el manejo de la muerte de las cosas.
Vane no me aviso que vos también estabas invitada. Tal vez no hubiera venido si sabia que venias. Fue incomodo el saludo para mi. Te pusiste ese vestido que tan lindo te queda y del que tanto renegabas con esa falsa baja autoestima-“soy tan horrible, soy tan fea” decías- que tan bien te supe conocer. Yo no esperaba ni que habláramos. Pero bueno, en señal de que ya no te causo nada- ni siquiera me das el derecho de causarte incomodidad, derecho del que todos los ex gozan- te acercaste a mi, que entre risas exageradas y con un copa en la mano ponía mi mejor pose de tipo cool que nunca fui. E intentamos hablar como si fuéramos unos parientes que se ven cada tanto y fingen interés en la vida del otro mientras de reojo miran la tv. Pero los dos sabemos que ha corrido mucha agua desde la ultima vez que nos vimos-cuando me revoleaste el reloj/regalo de mi mejor amiga que estaba en la pared de mi cocina- y mucho mas desde la ultima vez que nos comportamos civilizadamente. En verdad ya no recuerdo cuando fue eso.
Este intento tuyo por negar un pasado, por ser insensible a esa vida tan lejana que compartimos, me molesta más que verte tan hermosa. Pareces tan fría, tan extraña, tan ajena a mi corazón. Y yo estoy tan exento de tu mundo, tan vano. Daría lo que fuera porque al menos me odiaras.
Somos dos espejismos, apenas el eco de lo que supimos ser. Como dice Neruda: “Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos”. Se que el tiempo te ha dado a vos la posibilidad de verme tal y como soy-estúpido, egoísta, incompetente, etc.-, entonces trato de adelantarme y odiar todo lo que alguna vez supe amar: esa risa tuya que ahora me empecino en llamar “risita” y en encontrarla molesta, ese humor tan raro tuyo que ahora digo que es estupidez, la búsqueda de superficialidad hasta en tus comentarios sobre el clima…
Me doy cuenta de que lo malo del amor cuando termina, o del desamor cuando comienza, es que solo quedan las personas, como si el final, además de su función de verdugo, hiciera caer las armaduras que las palabras y los sentimientos forjan en torno a la persona amada, y que nos permiten querer a pesar de todo. Que esa es la forma que tenemos de ausentarnos un poco del mundo y de los consejos, de las razones que no habilitan el amor pero que no son sino eso, razones y entonces ya no cuentan…
No se que prefiero: que hables mal de mi o que no hables. Supongo que lo peor es el olvido, la indiferencia .Esa indiferencia que te calza tan bien a vos, que ahora te reis, y te acercas a mi otra vez, con una mirada cómplice y esperando que yo también sonría. Y lo hago, a pesar de saber que ya no hay nada en vos que pueda protegerme, que ya tu olvido me desangelo y ahora soy solo algo menos que un recuerdo. Soy la rémora de tu memoria: me alimento del espacio vacio que en ella dejan los demás.

5 comentarios:

  1. Uy, esto es tremendo para ser leído un domingo a las 12 de la noche. Buen relato, buenas relfexiones (para mi subjetividad, claro). Y yo que venía pensando en la cagada que es vivir, siendo que después queda recordar! en fin, el amor se completa cono todas sus notas musicales. Es la que hay!

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  2. Hola Marina! gracias por lo que decís, pero sobre todo gracias por pasar.
    "El amor se completa con todas sus notas musicales" muy buena frase, el problema es cuando el amor suena con la tristeza de un RE menor o con la amargura de un SI bemol, jaja
    un beso grande

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  3. hola hola! me engañaste -.- (you know what i mean)pero bue, que le voy a hacer jaja. Me gusto mucho lo que escribio sr nowhereman..la caracterizacion precisa de esos encuentros y sentimientos hacia dichos "personajes" jaja
    la proxima no me engañes.. jaja
    besote!

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  4. jaja hola Luisi! si te engañe vilmente,pero fue por una buena causa...Igual voy a cumplir con lo prometido!
    gracias por pasar un beso grande!

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  5. "Y ahora que estoy frente a ti
    parecemos, ya ves, dos extraños..."

    qué genial cómo escribís, felicitaciones.

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